Este mosaico representa a la Virgen del Carmen, una figura central en la devoción católica. La técnica utilizada es el mosaico, que implica el uso de pequeñas piezas de vidrio o cerámica, conocidas como teselas, ensambladas para formar una imagen coherente.
Los colores dominantes en este mosaico son los tonos cálidos, como el rojo, naranja y amarillo, lo que le confiere una sensación de calidez y sacralidad. El fondo presenta tonos azulados y verdosos, proporcionando un contraste que resalta la figura central de la Virgen. Las teselas son dispuestas de manera precisa para dar forma y profundidad, especialmente notable en los detalles del rostro y vestimenta de la Virgen y el Niño Jesús.
La obra fue completada en 2011, como se indica en la inscripción en la parte inferior derecha. Este tipo de arte no solo es visualmente impactante, sino que también tiene un significado espiritual profundo para los fieles.

