La imagen muestra un mosaico de San Judas Tadeo, destacado por su ubicación en la fachada de una capilla de color azul pastel. El mosaico, realizado mediante la técnica de incrustación de pequeñas piezas de cerámica o vidrio, refleja un detalle meticuloso en la representación del santo.
Los colores predominantes en el mosaico incluyen tonos dorados, azules y terrosos, que son utilizados para dar profundidad y vida a la figura sagrada. El uso de estos colores no solo contribuye a la estética visual, sino también simboliza atributos asociados a San Judas Tadeo, como la riqueza espiritual y la iluminación.
El mosaico está enmarcado por dos ventanas con arcos que complementan la arquitectura del edificio, creando un espacio armonioso y contemplativo. Este tipo de arte no solo embellece la estructura, sino que también ofrece a los devotos un punto focal para la meditación y la oración.

